Cuatro gallinas ponedoras se han convertido en las consentidas de las adolescentes y jóvenes del Internado de Villa Esperanza, en Jamundí, ya que no sólo les permiten desarrollar su sensibilidad y responsabilidad en el cuidado de animales domésticos, sino que serán ayuda para el autosostenimiento del centro.
Las aves forman parte de la granja de Villa Esperanza y junto con la huerta existente en el lugar, son de los talleres de mayor acogida entre las beneficiarias de este internado de la modalidad de restablecimiento de derechos, el cual es operado por la ONG Crecer en Familia bajo lineamientos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
“La granja hace parte de los talleres que se trabajan cada día con las niñas y adolescentes beneficiarias con el objetivo de suministrar alimentos para el consumo de nuestras niñas y adolescentes beneficiarias del internado. Es un espacio que permite realizar un trabajo de sensibilización y perseverancia con ellas en el cuidado del espacio, su mantenimiento y el cuidado de las gallinas”, señaló Johanna Uribe responsable de esta unidad de servicios.
“La idea nuestra es poder tener una granja con más animalitos, que, acompañada del trabajo en huerta, nos permita tener un aporte desde las siembras, el cultivo para abastecer algunas de las necesidades de las beneficiarias y también con el ánimo de que nuestras niñas y adolescentes visualicen opciones para su esquema de proyecto de vida”, concluyó.