Un hombre polifacético. Oswaldo Fernández es un trabajador insaciable. Casi toda su vida ha trabajado con adolescentes del Sistema de Responsabilidad Penal.
A sus 68 años de edad, lleva 21 años trabajando en el Centro de Formación Juvenil Valle del Lili, pasando por tres operadores diferentes y por unas tantas generaciones de adolescentes. Empezó trabajando en 1999 como instructor de electricidad, electrónica, radio y tv. Luego, se desempeñó como operador de mantenimiento, después, operario y, ahora, es auxiliar de mantenimiento de la ONG Crecer en Familia.
Don Oswaldo, como le han dicho siempre los beneficiarios, sale todos los días en bicicleta desde su casa hasta el trabajo, en una travesía que dura 45 minutos y que no todas las veces sale bien, pues en muchas ocasiones se ha pinchado, caído, mojado, embarrado. Pero siempre llega a su destino de trabajo.
Cuando el reloj marca las 8:00 am, don Oswaldo entra al Centro de Formación; su contextura atlética lleva encima un overol azul, botas negras pantaneras y una gorra que protege su rostro que refleja serenidad, sus ojos cafés claro han visto un montón de jóvenes y adolescentes que probablemente ya no existan. Él siempre se dirige a la planta de tratamiento de purificación de agua para potabilizarla y poderla utilizar para los alimentos y consumo, función esencial que se debe cumplir a primera hora.
Aparte de manejar la planta, don Oswaldo realiza una gran cantidad de trabajos indispensables que suelen presentarse diariamente, pues él también cumple funciones como soldador, electricista, plomero y electrónico; es decir, todos los problemas de infraestructura son solucionados por este señor. Además, es una persona solidaria que siempre enseña su linda profesión a los adolescentes que se encuentran bajo el Sistema de Responsabilidad Penal. Los convierte en jóvenes auxiliares de mantenimiento con el propósito de que cuando egresen, aprovechen esos conocimientos para poder trabajar legalmente.
Su mente y corazón siempre lleva un lema… “todo adolescente es recuperable sin excepción de ninguno”, y esta conclusión la ha ido construyendo con sus años de experiencia como trabajador de un Centro de Formación.